Publicado el 10/09/2018
Otros trabajos se automatizaron parcialmente y, en muchos casos, la automatización dio lugar a más puestos de trabajo, a menudo puestos que requerían mayor calificación en empresas que utilizaban tecnología para diseñar y desarrollar nuevos productos y nuevas formas de llegar a los clientes.
De acuerdo con Jeff Burnstein, presidente de la Asociación para el Avance en la Automatización, “en teoría, las compañías capaces de fabricar productos de manera más rápida y eficiente reinvertirán el dinero de mayores ventas en activos e innovación y, a su vez, esto generará empleos adicionales”.
Un ejemplo son los bancos, ante la aparición de los cajeros automáticos. El empleo no cayó porque el cajero automático les permitió operar sucursales a un costo menor; esto los impulsó a abrir muchas más sucursales, con lo que compensaron la pérdida anterior de los empleos de caja. Además, se convirtieron en compañías de servicios financieros, al presentar una gama de productos personalizados que requieren asesores.
Hoy día, medio siglo después de la desaparición del operador de ascensores, vivimos una nueva revolución del talento. Hoy en día es obligatorio replantear el papel del hombre dentro de las actividades productivas.
Sin duda, la capacitación y actualización constante permiten mantenerse vigente en el mercado laboral. Áreas como el liderazgo, el manejo de la comunicación y las TICS son solo algunas en las que se requiere de conocimientos y habilidades para mantenerse vigentes en el mundo laboral.
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*Lucena, P.; Vargas I. y Rodríguez I. (2018). México vive una (r)evolución del talento. México. Recuperado de www.manufactura.mx
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