Publicado el 05/01/2018
Aunque la palabra propósito tiene un significado muy similar a la de objetivo, existen ciertos matices que marcan una diferencia, sobre todo a nivel empresarial. En la empresa los objetivos son declaraciones de intención que marcan un resultado deseado y medible con el que se lograría alcanzar el éxito del negocio (aunque sea de manera parcial) y que sirve de guía para los esfuerzos y estrategias del equipo. Los objetivos tienen un nivel de prioridad alto; si no se consiguen, la viabilidad del negocio puede verse cuestionada. Por otro lado los propósitos son la voluntad de mejorar algún aspecto del negocio que quizás no es prioritario pero que puede tener un impacto positivo en el desarrollo del mismo.
A diferencia de los objetivos, en los propósitos no es tan imperioso que estos sean medibles, aunque de igual manera es algo que ayuda a que se puedan cumplir.
Los propósitos de año nuevo, tanto a nivel de empresa como a nivel personal, son una buena práctica ya que siempre tienen una intención de evolución y mejora. Además, los propósitos nacen de una necesidad y para descubrir esta necesidad nos vemos obligados a hacer retrospectiva de todo el año ya pasado. Al hacer retrospectiva podemos conocernos mejor y entender cómo trabaja nuestra empresa con más detalle.
Como sabemos que cumplir los propósitos personales no es cosa sencilla, tampoco quisimos complicarlos a nivel empresarial, por eso hemos hecho una lista de algunos que pueden aplicarse y que sin duda serán de gran ayuda en el desarrollo de los colaboradores.
Sí, son muy simples, pero hay que considerar que muchas veces justo en las cosas simples es en las que más nos complicamos.
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