¿Cuántas veces nos hemos puesto a pensar en las necesidades de las personas con necesidades especiales, como las sordas? Por ejemplo, imaginen tener que acudir a una consulta médica y tratar de comunicarse a través del lenguaje de señas, que por cierto, pocas personas conocen.

En este caso, el paciente tiene que ir acompañado de un familiar o un intérprete que le ayude a explicar su padecimiento, lo que no siempre es sencillo porque por lo regular, el intérprete no es una persona capacitada para hacerlo, lo que puede llegar a ser incómodo para el paciente.

Aunque el principal problema de la sordera es la falta de audición, el lenguaje es el que se ve mayormente afectado. El problema es que al no escuchar, no tienen las posibilidades de desarrollar el lenguaje oral de manera natural, por lo que se deben someter a tratamientos de terapia del lenguaje.

Lo ideal para las personas con este padecimiento sería poder tener acceso a los dos lenguajes, el oral y de señas, para poder representar su realidad, construir su entorno, expresar sus necesidades, pero, sobre todo, formar un vínculo muy sólido de comunicación y afecto con la gente que lo rodea, empezando por su familia.

Otro de los problemas a los que se enfrentan las personas con discapacidad auditiva es que, por su falta de preparación, la mayoría de ellos no tiene un buen trabajo remunerado. La población sorda sin recursos económicos se dedica al comercio informal, lo cual no ayuda a su salud mental.

Pensando en las necesidades de este sector de la población, IC Editorial México cuenta con una serie de manuales encaminados a ayudar a la comunidad sorda a incorporarse a la sociedad partiendo del análisis de sus necesidades y el desarrollo de programas de sensibilización de la comunidad.

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