Hace unos días hablábamos de la necesidad de evaluar la capacitación laboral, hoy nos referiremos a uno de los modelos que existen para realizar esta evaluación.

El modelo de Donald Kirkpatrick es considerado como uno de los más populares para la elaboración del proceso de evaluación.

Este modelo tiene cuatro etapas: reacción, aprendizaje, comportamiento y resultados.

En la etapa de reacción, se puede medir el grado de satisfacción de los alumnos con respecto a la formación que acaban de recibir. La evaluación de este nivel sirve fundamentalmente para valorar los aspectos positivos y negativos de una actividad formativa, con el fin de mejorarlo en ediciones futuras. aprendizaje, se miden los conocimientos y habilidades adquiridos por los alumnos a lo largo del curso. Para conseguir este objetivo se puede realizar una prueba de control de conocimientos antes y después de la capacitación. Esta evaluación determina el grado en que los participantes realmente asimilaron lo que se les impartió.

En la fase del comportamiento, se ve si los conocimientos recién adquiridos son aplicados en el día a día de los alumnos o el personal capacitado. La evaluación habitualmente se realiza mediante entrevistas y/o cuestionarios a los alumnos, además de la observación del desempeño laboral por parte de los supervisores o responsables del área.

La parte final es la de los resultados, este nivel tiene como objetivo evaluar el beneficio que ha producido la acción formativa. Este impacto puede ser fundamentalmente de tipo financiero o en la satisfacción del usuario y está vinculado a los resultados o a la imagen corporativa de una cierta organización.  

La capacitación es factor determinante en el cumplimiento de los objetivos de toda organización, por lo tanto, es una inversión, pues los resultados que se obtienen de ella no sólo benefician al empleado, sino que contribuye al logro de los objetivos empresariales.

La evaluación de la capacitación juega un papel muy importante en el desarrollo de los recursos humanos de una organización, pues su correcta aplicación se convierte en un medio de motivación y estímulo en los empleados, que igualmente termina beneficiando a la organización.