El
turismo sustentable se basa en aquellas
actividades turísticas respetuosas con el medio natural, cultural y social, y con los valores de una comunidad, que permite disfrutar de un positivo intercambio de experiencias entre residentes y visitantes, donde la relación entre el turista y la comunidad es justa y los beneficios de la actividad es repartida de forma equitativa, y donde los visitantes tienen una actitud verdaderamente participativa en su experiencia de viaje.
¿Sabías que a donde quiera que vayas puedes practicar el turismo sostenible? Esto es lo que puedes hacer:
Al planificar su viaje, elige aquellos proveedores que te ofrezcan garantías de calidad y de respeto a los derechos humanos y al medio ambiente.
Utiliza los recursos naturales, como el agua y la energía, con moderación. Recuerda que son bienes escasos.
Trata de minimizar la generación de residuos. Son una fuente de contaminación.
Cuando tengas que deshacerte de un residuo, hazlo de la manera más limpia que te facilite tu lugar de destino.
En un espacio natural, procura que la única huella que dejes atrás sea la de tu calzado.
Si visitas ecosistemas sensibles, como arrecifes de coral o selvas, infórmate de cómo hacerlo para causar el menor impacto posible y no degradarlos.
Al comprar regalos y recuerdos busca productos que sean expresión de la cultura local. Favorecerás la economía del lugar donde estás y la diversidad cultural.
No adquieras flora y fauna protegida ni productos derivados de dichas especies. Es un delito y contribuye a su extinción.
En tu destino disfruta conociendo la cultura, costumbres, gastronomía y tradiciones de las poblaciones locales. Respétalas y acércate a ellas, tienen mucho que contarle.
Trata de contribuir con tu presencia al desarrollo de un turismo responsable y sostenible, construyendo con tu viaje un planeta más saludable y solidario.
Siguiendo estas diez recomendaciones el turista contribuirá a conservar la riqueza biológica de la Tierra y a mejorar las oportunidades de desarrollo de muchas personas.
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